Me gustaría empezar este blog con un post sobre una materia que profesionalmente no me atrae demasiado, aunque como observador privilegiado me fascina: los juzgados de violencia sobre la mujer.
No me malinterpretéis, no me pone en modo alguno el ambiente de mal rollo que todos hemos respirado en el "Pequeño Quito", como llama un buen amigo y compañero a los pasillos de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer un lunes por la mañana, a lo que me refiero es a la manera en que se aplica la denominada Ley de Violencia de Género por parte de policías, jueces, fiscales y, cómo no, abogados.
Impera en esta materia una máxima que el operador jurídico de turno aplica inexorablemente para su autoprotección y, lo que es peor, muchas veces desoyendo a las partes implicadas en los hechos, particularmente la mujer maltratada. Se trata de un modo de comportamiento que el poli-fiscal-juez-abogado de turno aplica tras una breve reflexión arqueando las cejas: "Yo, por si acaso...."
Lo mejor de esta frase es que es un comodín que puede completarse con lo que al usuario más le provoque: Yo, por si acaso, detengo/pido la orden de protección/concedo la orden de protección/condeno y así un largo etcétera.
Pero lo que más me llama la atención es el "...yo, por si acaso..." y, sobre todo, sus motivaciones. En mi opinión, se trata, simplemente, del miedo atroz a hacer lo políticamente incorrecto en cualquier caso. Y así, por ejemplo, sucede que en esos múltiples casos en los que no existe una verdadera situación de maltrato (y todos sabemos cuáles son, no me vengáis ahora con historias) el policía piensa: "Sí, aquí no hay maltrato, pero yo, por si acaso, le detengo", con lo que el individuo en cuestión es esposado y llevado a calabozos donde pasa una magnífica noche all-included.
A la mañana siguiente (con suerte) es conducido amablemente a la sede de los Juzgados correspondiente donde el fiscal piensa: "Sí, aquí no hay maltrato, pero yo, por si acaso, pediré el alejamiento y que sea el Juez, si quiere, el que lo deniegue". El Juez, a su vez, piensa "Sí, aquí no hay maltrato, pero yo, por si acaso, concederé el alejamiento y que sea otro el que lo revoque" (la Audiencia Provincial en vía de recurso, o cualquier otro que pudiera ser competente).
Y así, el sujeto del que antes hablábamos, que no ha maltratado a su señora, pasa de su noche all-included a un régimen de multitud de noches nothing-included porque hay que buscarse la vida para encontrar nueva residencia a la velocidad del rayo, so pena de cometer un delito de quebrantamiento de condena y ahí sí que la hemos cagao...
En mi experiencia personal, el otro día viví en mis carnes (mejor dicho, en las de mis clientes) uno de estos esperpentos que si se supieran, obligarían a las librerías a pasar "El Proceso" de Kafka a las estanterías de No-Ficción Ahí va la historia:
Paco, y su mujer Luisa (obviamente, los nombres son falsos) regresan a casa de un saturday-night-party y mientras se disponen a acostarse comentan las mejores jugadas (fulana se ríe mucho contigo -no mujer, es una amiga -una zorra es lo que es...etc). Una cosa va llevando a la otra y la bronca conyugal esta servida: gritos, insultos y algún que otro golpe sobresaltan en plena noche al vecino de abajo. Éste no está seguro, pero piensa "yo, por si acaso, llamo a la poli".
Al cabo de un rato, llega la poli y Paco les abre. Un poco a causa del alcohol, otro poco a causa de la bronca con Luisa y otro poco por lo que siente como una intromisión en su vida íntima, le suelta cuatro frescas a los señores agentes y les invita a tomar el camino inverso al seguido hasta ahora.
Los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hablan con Paco, con Luisa, echan un vistazo y no encuentran nada que les haga pensar que allí hubo algo más que una bronca marido-mujer. Paco niega haber golpeado a Luisa. Luisa niega que Paco la haya golpeado. No obstante, los agentes piensan lo que ya sabemos que suelen pensar y detienen a Paco, que pasa una hermosa noche en los calabozos.
Por la mañana, lo llevan al Juzgado de Guardia de Villarriba donde Paco y Luisa niegan la existencia de maltratos de ningún tipo, pero, como ya os podéis imaginar, el Fiscal solicita y el Juez acuerda la concesión de la orden de alejamiento "por si acasoooo....". Además, es sólo por un día, porque el lunes están citados en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Villarriba, asi que no passa naaaaa.
Lunes, 09:30 in the morning: Un aguerrido abogado se persona en la sede del Juzgado para confirmar, una vez más, que el hecho de que se nos cite siempre a las 10h. no va a hacer que Su Señoría llegue al Juzgado antes de las 11h. Total: cafés varios con el cliente hasta que casi llega la hora de las cervecitas (por fortuna pagó él).
Cuando, por fin, estamos todos, Luisa comparece en la Secretaría del Juzgado y pide expresamente, que se alce la medida de alejamiento acordada por el Juzgado de Guardia, porque no quiere pasar otra noche sin Paco en casa. Love is in the air. Casi escucho a Calamaro ("porque sí, porque sí, porque sí, porque en esta vida no quiero pasar más de un día entero sin ti..."). La Juez (nótese que no uso la palabra en femenino porque me daría un aneurisma cerebral y porque yo aun creo en el uso neutro del masculino como me enseño Lázaro Carreter ¡COPÓN!) me mira y me dice "La verdad es que no veo qué sentido tiene en este caso haber acordado el alejamiento, pero en fin..., le daremos traslado al Fiscal para que informe y ahora les notificamos".
Todo parece resuelto: el amor ha triunfado y nunca más volverá a estar en peligro. Parece el capítulo de una sitcom tipo "Los Problemas Crecen" donde, al final, todo vuelve a la normalidad...
...Pero nos olvidábamos del pensamiento miedoso (acojoningthinking) y el Fiscal decide que, por si acaso, pedirá que se mantenga el alejamiento, que hay muchas mujeres que necesitan ser protegidas de sí mismas y que ocultan los malos tratos tras un velo de apariencia, lo que claramente sucedía aquí (¿o quizás sólo sucedía en su mente enferma?).
Total que, una vez roto el hechizo del momento ya me espero cualquier cosa, la Juez decide que, ya que el Fiscal lo ha pedido, por si tiene razón, acordará el alejamiento, no vaya a ser que nada más salir del Juzgado, Paco le de 53 puñaladas a Luisa y luego venga la prensa a pedir su cabeza...
Cuando me notifica la resolución ya no está la Juez que antaño me miró a los ojos para proclamar su adhesión a mi causa, no. Ahora es una funcionaria del Juzgado quien actúa como intermediaria entregándome un papelote que dice que mi cliente es peligroso porque se ha probado que grita cuando se enfada y es imperativo tomar las medidas necesarias "para evitar males mayores" (¿que grite más fuerte aun? me pregunto yo, ingenuo).
Paco y Luisa deben salir del Juzgado por caminos separados. Se alejan, sin dejar de mirarse a los ojos ( lo que me hace temer el atropello de alguno de los dos, al estilo de ¿Conoces a Joe Black?)
http://www.youtube.com/watch?v=VDdN_b6TjYo
Aun no tenemos Sentencia (espero que sea absolutoria, pero nunca se sabe). Siguen obligados a no contactar entre sí. Hace ya dos meses...
Y, mientras tanto, en otra parte, leo: "Cuatro de cada 10 mujeres asesinadas este año había denunciado previamente a su agresor"
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/04/espana/1249386052.html
...asco de sistema...